miércoles, 3 de junio de 2009

FUNDACION DE FLORENCIA


Los indígenas ANDAKI fueron los primeros habitantes del sitio que hoy ocupa Florencia, ellos dejaron rastros de su presencia en forma de grabados sobre piedra (petroglifos) en el río Hacha.




Al igual que, en 1878 los Misioneros Franciscanos hicieron la primera fundación cerca del sitio que actualmente ocupa Florencia, el cual se llamó “Canelos” y se ubicó a unos 15 kilómetros de la ciudad.




La fundación de Florencia tiene varios momentos de especial importancia, uno de ellos es reconocer a don Francisco Gutiérrez Mavesoy, natural de Aguadas (Caldas) como el Colono Fundador y otro atribuir a los religiosos Capuchinos, Fray Doroteo de Pupiales el honor de su bautizo.





Resulta entonces significativo el importante papel que cada uno de ellos tuvieron en los aspectos fundacionales del naciente caserío y como una aproximación de los hechos relevantes del momento histórico, trataremos de reconstruir, con los escasos trazos de memoria histórica, los aspectos que marcaron la huella de lo que hoy conocemos como “La Puerta de la Amazonía Colombiana”.




A finales del siglo IXX y principios del siglo XX vivía a la orilla de la quebrada La Perdiz, Cenón Mavesoy, antiguo quinero y luego cauchero, vinculado laboralmente a don Francisco Gutiérrez. Este le ordenó hacer un claro en el puerto “La Perdíz” en la banda derecha del riachuelo, en el punto preciso en donde hoy se levanta la población de Florencia y allí fundó su agencia cauchera principal registrada en la notaría única de garzón en sociedad con don Pedro Antonio Pizarro.




Para ello fue preciso desmontar la planada y zona comprendida entre la quebrada La Perdiz y el río Hacha hasta la confluencia de los dos, operación esta que llevó a cabo don Leonardo Cabrera como jefe de una cuadrilla de peones. Después el Señor Gutiérrez convirtió aquello en grandes plantaciones de maíz y plátano e impresionado por la belleza del sitio, resolvió fundar allí un pueblo para lo cuál, junto con los demás pobladores, procedió a hacer las demarcaciones y trazados del caso, fijando como señales unos mojones de piedra sacados de la misma Perdiz .






Seguidamente dio la orden a sus trabajadores que construyeran sus casas de habitación de conformidad con el trazado, donándoles los cultivos que se encontraban establecidos. Mucho después, a mediados de 1902, en el puerto de Numancia (hoy Tres Esquinas), fue asesinado el señor Francisco Gutiérrez y varios de sus hermanos por una confabulación entre la casa Arana y los indígenas Huitotos.






Los colonos pobladores que se quedaron liderados ahora por el heredero de don Francisco Gutiérrez, Don Urbano Gutiérrez Mavesoy, demarcaron y construyeron cada uno donde mejor le parecía y por consiguiente las construcciones no guardaron orden ni simetría alguna pues fueron construidas en forma de barbacoa, cubiertas con palma y paredes de guadua o chonta picada.






Bautismo de Florencia El bautismo de la población y la asignación del posible nombre de FLORENCIA tuvo lugar el 25 de diciembre de 1902, cuando con alegría navideña, los habitantes de La Perdiz y sus alrededores, se despertaron activos y guiados por el misionero capuchino que había arribado a la ciudad quince días antes, Fray Doroteo de Pupiales. Comenzaron a embellecer el poblado sobre las calles trazadas años atrás, preparándolo para la celebración del primer acto religioso del lugar.







Los participantes en este acontecimiento extraordinario fueron: Fray Doroteo de Pupiales, los hermanos Eloy, Urbano, Venancio y Roberto Gutiérrez, Cenón Mavesoy, Pedro Antonio Pizarro, William Boshell, Paolo Ricci, Leonardo Cabrera, Rafael Castro, Joaquín Almario y su esposa María de Jesús Toledo, Abdón Cabrera, David Balcázar y su esposa Jacinta, José Solano, Julio Gutiérrez, Julio C. Ortiz, Juan Urbano, Juan Ventura Cuellar, Antonio Ángel, Manuel Erazo, Manuel Antonio Guzmán, Carlos Gómez, Roberto Rojas, Nicomedes París, Pedro Claros y Juan Londoño.





Es admisible que estas personas tomaron parte activa en el bautismo y planeación de la población de Florencia porque vivían en sus alrededores, pero la bendición definitiva así como la escogencia del nombre fue iniciativa exclusiva de Fray Doroteo de Pupiales previa consulta con los pobladores.







En ese espiritual acto de bautizo que se prolongó desde las 9:00 a.m hasta las 12 del día hubo regocijo y participación de los pocos pobladores. Muy temprano Don Urbano Gutiérrez estuvo pendiente de la atención del Reverendo Fray Doroteo de Pupiales a quien le recordó el apoyo económico y la asignación de embarcaciones y personal canoero para sus misiones evangelizadoras por el Alto Caquetá de parte de su difunto hermano Francisco Gutierrez; de igual manera prestaba especial atención a la organización en la improvisada plaza principal donde hombres y mujeres, vestidos con sus mejores prendas para la ocasión, contribuían al detalle del altar, la decoración con flores nativas de platanillo, los toldos y bancas para los asistentes y el almuerzo para compartir y celebrar, además de la navidad, el bautizo del caserío.


Cerca de las 10:00 a.m se hizo presente en el lugar, Fray Doroteo de Pupiales quien recibió el saludo especial de los participantes y previo a la iniciación de la Santa Misa aprovecho la ocasión para compartir aspectos de la organización que estaba naciendo, los negocios del caucho, el estado de la trocha y con muchas preguntas a los Hermanos Gutierrez, Pedro Pizarro, Paolo Ricci, Don Joaquin Almario, Willliam Boschell y muchos más, preparó mentalmente el contexto de lo que sería la homilía de la santa celebración.


La Santa Misa se inició con un minuto de silencio en memoria del querido Don Francisco Gutiérrez a quien Fray Doroteo de Pupiales exaltó y reconoció con generosas palabras, su amplio y decidido apoyo para surcar por el Alto Caquetá la misión evangelizadora que lo llevó hasta el sitio de La Perdiz, acto seguido pidió a los asistentes que aprovecharán la ocasión para darle el nombre a la población.


El misionero capuchino Fray Doroteo de Pupiales puso en consideración de los asistentes, tres nombres: Bolívar, por quien guardaba admiración en sus luchas y gestas libertadoras, Alvernia en homenaje a la orden religiosa Franciscana y los relatos de San Francisco de Asís cuando subió al Monte de Alvernia y Florencia, por las exóticas flores nativas que adornaban el lugar y por sugerencia privada que le hizo el Contador de la Agencia La Perdiz, Paolo Ricci de origen italiano que quiso hermanar el caserío con la pujante ciudad italiana, los Hermanos Gutiérrez solicitaban mantener el nombre de la Perdiz, que ellos habían colocado a la naciente población, especialmente su cofundador Francisco Gutiérrez Mavesoy.

Finalmente el consenso favoreció el nombre de Florencia, y de esta manera fue sustituido el nombre de La Perdiz. Con recogimiento y alabanzas al Dios creador, Fray Doroteo de Pupiales celebró la Santa Misa e impartió la bendición final a los pobladores quienes confundidos en abrazos y saludos, dieron 3 paso a las exquisitas viandas preparadas para la ocasión, entregaron regalos a todos los niños y con música de cuerda, dulce de navidad y chicha de maíz, celebraron hasta bien entrada la nochebuena.



Las primeras casas construidas con base en el nuevo croquis levantado por los misioneros capuchinos fueron las de Don Rafael Castro, Joaquín Almario y Abdón Cabrera, que se unieron a las de la plaza mayor y las de la agencia La Perdíz, propiedad de los hermanos Gutiérrez.




En marzo de 1909 se hallaban al frente de la misión en Florencia los reverendos padres Anselmo de Olot, natural de Cataluña, persona muy ilustrada, pues era doctor en Teología y en Derecho Civil y el padre Benito de la Antigua Guatemala, virtud y modelo de apóstoles; el primero partió pronto para España y el segundo fue retirado a principios de la década del treinta a causa de su avanzada edad.




En diciembre del mismo año (1909) se reunieron todos los hombres de alguna significación para discutir nuevamente una reorganización del poblado, en razón de no existir nada útil ni aceptable porque el croquis del reverendo padre capuchino Fidel de Montclar, elaborado dos años atrás en papel cuadriculado y a lápiz con una plaza con su iglesia y varias manzanas a su alrededor, les pareció inconveniente por cuanto había fijado para sitio de la plaza uno muy distante del puerto de embarque y las calles eran muy estrechas.



En tanto que la mayoría de los habitantes opinaban que la plaza debía quedar más cerca al puerto y las calles debían tener dimensiones mayores, por ser clima caliente y estar en terrenos baldíos, había la posibilidad de que el camino proyectado, coincidiera con la calle principal y la nueva plaza.

Por tales razones se convocó una junta de vecinos para levantar técnicamente el plano para la población con la intervención del ingeniero Ferreira, quien ofreció sus servicios gratuitamente.

Los Alcaldes elección popular han sido: Carlos Alberto Beltrán Herrera, José Constantino Arias, Nestor Javier Bahos Melo, Lucrecia Murcia Lozada, Hector Orozco Orozco, Alvaro pacheco Alvarez, Arnoldo Barrera Cadena y Patricia Farfán Gutiérrez, esta última bisnieta del cofundador de Florencia, don Francisco Gutiérrez Mavesoy después de 106 años de fundación.

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